Historias de éxito con seguros de título
Falta de acceso a la propiedad - La aventura de Jorge y Katy
En 1975, Jorge B. y su esposa compraron una pequeña granja en un
condado rural del norte de California por $70,000.00. Junto a esta
transacción adquirieron una póliza de seguro de título para
propietarios.
La única vía de acceso hacia y desde la propiedad
del asegurado era un viejo camino de terracería que atravesaba una
parcela de terreno contiguo y conectaba con una autopista estatal.
La búsqueda de antecedentes de título que se realizó cuando los
asegurados adquirieron la propiedad mostró que no había una concesión
de servidumbre registrada ni algún otro documento del registro público
que les otorgara el derecho de usar ese camino. El camino había sido
usado por muchos años y la mayoría de las personas en el área
cercana siempre habían reconocido el viejo camino de terracería
como un acceso al terreno vecino. La póliza de seguro de título
adquirida contenía las provisiones ahora estandarizadas asegurando
contra la pérdida causada por la carencia de un derecho de acceso
a la propiedad y desde ella.
En 1990, la parcela vecina fue
adquirida por una Compañía de Inversión Foránea, una compañía
que comenzó a implementar planes para construir un fraccionamiento
residencial de 200 a 300 casas. Cuando la compañía determinó que
el camino de terracería usado por los asegurados pasaba justo por
el medio de uno de sus fraccionamientos propuestos, la Compañía
Foránea contrató a una gran firma de abogados externa a la comunidad
para llevar a juicio a los asegurados y evitar que continuaran
usando el camino.
Cuando los asegurados recibieron el aviso
de la demanda, pasaban por un mal momento financiero. Estaban
en proceso de vender su granja para poder finalizar su divorcio
pendiente. Necesitaban establecer un derecho de acceso para poder
vender la granja, pero no podían cubrir el costo abrumador de litigar
una acción de tanta importancia para determinar la validez de su título
contra una compañía poderosa representada por una firma de abogados
conocida por emplear táFNTICas arrasadoras. Aun si hubieran tenido la
capacidad económica para contratar a un abogado, los asegurados no
tenían la experiencia o información que les hubiera permitido localizar
a un abogado con el conocimiento especializado que se requiere para
litigar efectivamente los complejos asuntos de escrituración que presentaba la demanda.
Cuando los asegurados informaron al asegurador de título de la demanda
entablada por la Compañía Foránea, el asegurador contrató para representarlos
a un abogado de bienes raíces experimentado y altamente competente. Aprovechando
su experiencia en títulos de propiedad y sus recursos especializados, la compañía
de seguros investigó el historial de la propiedad de los asegurados y las propiedades
vecinas hasta mediados del siglo XIX. Empleando mapas y registros antiguos pudo probar
de forma concluyente que el camino usado por los asegurados había sido un camino para
vagones muy transitado a finales del siglo XIX y que fue establecida como un camino
del condado en una ley estatal desconocida que había sido revocada en la década de
1890. Con base en esta información, los asegurados pudieron obtener una sentencia
sumaria que determinaba de manera concluyente que el camino era un camino del
condado y que, por lo tanto, los asegurados tenían derecho legal a usarlo para
trasladarse hacia y desde su propiedad.
Usando con éxito el procedimiento de sentencia sumaria, el asegurador pudo
evitar un largo proceso de presentación de alegatos, eliminó la necesidad de
un juicio y resolvió una demanda --que pudiera haber tomado años--en menos de
seis meses desde el momento que tomó el caso. Los asegurados pudieron vender
su granja, concluir su divorcio y continuar con sus vidas. La Compañía Foránea,
que se había negado a conceder a los asegurados un derecho de paso privado sobre
su propiedad, tuvo que modificar sus planos para incorporar el camino público
como parte de su propuesta de fraccionamiento.
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